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historia del puerto de Algeciras (XCVI)

La colaboración entre el Puerto y la ciudad de Algeciras (1939-1964)

  • Historia. La buena sintonía entre la administración portuaria y el municipio se puso de manifiesto en proyectos como el Paseo Marítimo y la mejora del abastecimiento de agua a la población

El primer gran proyecto portuario llevado a cabo con posterioridad a la Guerra Civil consistió en la construcción del llamado Muro de Ribera (luego Paseo Marítimo) entre la Marina y la conocida como playa de Los Ladrillos, entre 1942 y 1952, que, al ser una obra realizada en la zona marítimo-terrestre que hasta esa fecha sólo era una escollera situada al pie del farallón que cerraba por el este la ciudad, ha de considerarse como un proyecto que beneficiaba tanto al puerto como a la población.

El citado proyecto se completó con el trazado de la calzada que unió el puerto por el norte con la carretera de Málaga (1949-1951) y con la urbanización de las parcelas limítrofes y del paseo, actualmente avenida Virgen del Carmen, que estuvo finalizada en 1953. Estas obras se acometieron con una aportación por parte del Ayuntamiento del 25% de su costo. Una vez finalizadas las obras del Muro de Ribera y de la carretera de acceso, el Puerto permutó dos parcelas, con un superficie total de 30.750 metros cuadrados, situadas en el Cortijo del Calvario, propiedad del Ayuntamiento, por una parcela de 12.533,53 metros cuadrados ubicada en los terrenos ganados al mar en el Paseo Marítimo. Dos años y medio más tarde, el Ayuntamiento propuso a la Junta de Obras la adquisición de dos parcelas, propiedad del Puerto, que colindaban con las obtenidas mediante permuta y, "destinadas -según manifiesta el alcalde, señor López Correa- a la construcción de viviendas para sus empleados, con el fin de incluirlas en los planes de construcción de viviendas que, con tanto éxito, viene desarrollando el municipio". Como las citadas parcelas estaban destinadas por la Junta a edificar viviendas para sus empleados, pero el Plan de Ordenación Urbana exigía que en el Paseo Marítimo, al menos, tuvieran dichos edificios cinco plantas "para armonizar con las restantes edificaciones llevadas a cabo o en ejecución en la expresada zona", con el beneplácito de la Superioridad, se autorizó su venta al Ayuntamiento.

Un asunto de enorme importancia, por las consecuencias negativas que tenía para la imagen de la ciudad y la salud pública, era buscar una solución definitiva al problema del río de la Miel, cuyo cauce bajo, desde el Puente del Matadero hasta su desembocadura, con el paso de los años se había convertido en una cloaca al aire libre. Teniendo en cuenta que el cauce del río, hasta el citado puente, y sus márgenes pertenecían a la zona de influencia marítimo-terrestre y, por ley, su aprovechamiento y obras de mejora correspondían a la Junta de Obras del Puerto, la solución a los malos olores y a los vertidos de aguas fecales que se realizaban en dicho tramo del río, no podía ser acometida sin la colaboración de ambas instituciones.

Ya en el año 1949 se había presentado a la comisión portuaria un proyecto para la desviación del río de la Miel, incluyendo expropiaciones, con un presupuesto de 4.684.063,18 pesetas. El Ayuntamiento, en pleno municipal celebrado el 25 de marzo, acordó contribuir con un 25% del valor de las obras. Sin embargo, a pesar de la necesidad de las citadas obras, no se tienen noticias de haberse continuado la tramitación del expediente. Sólo consta haberse acometido algunos trabajos de consolidación en las márgenes, aunque once años más tarde, en la sesión celebrada el día 29 de septiembre de 1960, por el alcalde de la ciudad, vocal nato, "se informa a la Junta de sus propósitos en orden de obtener la colaboración del Ministerio de Obras Públicas con el municipio para la solución de otros problemas como son, el alumbrado del Paseo Marítimo o Muro de Ribera, que es absolutamente necesario para la gran urbanización que en dicha zona se está realizando, y el saneamiento del río de la Miel, en el tramo de su desembocadura en el puerto, que en tan alto grado afecta a la estética y salubridad pública."

El 27 de noviembre de 1962 se leyó por la comisión el proyecto de colector de aguas negras del río de la Miel y saneamiento de parte de la ciudad de Algeciras, elaborado por la Confederación Hidrográfica del Sur. Este proyecto debía tener como objetivo la canalización hacia un colector único de todas las aguas negras que vertían al río desde las casas y comercios de la ciudad de Algeciras entre el Puente del Matadero y su desembocadura. Se desconoce si se llevaron a cabo estas obras, aunque constatando que todavía en el año 2010 sigue existiendo el problema de vertidos de aguas fecales en el cauce, ya abovedado, del río cercano a la desembocadura, se puede entender que no debieron realizarse con la contundencia necesaria. Lo que sí se llevó a cabo por la Junta fue el proyecto de urbanización de la margen derecha del río de la Miel, redactado y suscrito en 25 de noviembre de 1962 por el ingeniero director. Esta obra no estuvo finalizada hasta principios del año 1968.

La buena sintonía existente entre la Junta de Obras del Puerto y el Ayuntamiento de Algeciras se puso de manifiesto, una vez más, en el año 1951. A principios de la década de los cincuenta era evidente que el servicio de abastecimiento de agua a la ciudad y, como consecuencia, al puerto, era muy deficiente, abundando las quejas de los ciudadanos y de la Junta de Obras que, en ocasiones, no disponía del flujo continuo necesario para sus obras y, sobre todo, para las labores de avituallamiento de buques.

El 25 de mayo de 1951 se suscribió el proyecto de traída y distribución de agua potable al Puerto de Algeciras -citado en otro artículo- que tenía como objetivo lograr un aprovisionamiento abundante y continuo de agua a la institución portuaria bajo su exclusivo control, para lo que se realizaron gestiones acerca de la Dirección General de Obras Hidráulicas para poder construir un azud o represa en el río de la Miel, en la zona del Cobre, y tender una tubería para traer el agua hasta el puerto y la ciudad. Conscientes de la necesidad que tenía Algeciras de un aporte suficiente de agua, la Junta llegó a un acuerdo con la corporación municipal para que la población pudiera abastecerse del líquido sobrante, una vez atendidas las necesidades portuarias. En la sesión celebrada el 31 de julio de 1953 se aprobó el proyecto de contrato provisional con el excelentísimo Ayuntamiento de Algeciras para el suministro del sobrante de agua de la concedida a esta Junta del caudal del río de la Miel. Entre otras cláusulas, establecía que el sobrante de agua se suministraría, siempre que lo hubiera, a la población mientras que ésta no contara con otras fuentes de abastecimiento. El Ayuntamiento pagaría a la Junta el agua que le fuera suministrada al tipo del 25% de lo que la corporación facturase a los usuarios consumidores.

Antonio Torremocha. Doctor en Historia Medieval. Académico de número de la Academia Andaluza. Director del Museo de Algeciras (1995-2007)

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