colonia san miguel

El barrio dormitorio

  • La Colonia San Miguel, situada en la zona norte, sobrevive al miedo de las inundaciones

  • Residen 1.000 personas en un núcleo residencial sin comercios ni locales públicos

La Colonia San Miguel es uno de esos núcleos de población que empezó siendo considerado una urbanización pero ya puede presumir de distintivo de barrio con más de 1.000 vecinos y alrededor de 300 familias. La mayoría son viviendas independientes salvo un par de núcleos adosados con un perfil de vecinos entre clase media y media alta con gran presencia de matrimonios con hijos ya mayores.

El barrio, ubicado en la zona norte, tiene como puerta de entrada la intersección semafórica de la A-7 entre El Acebuchal y el Hotel Alborán. Justo accediendo hacia el margen del hotel y el concesionario Peugeot se entra en la Colonia, cuyos límites están con la zona de Los Pinos, por la calle Cerezo, y La Granja.

Con la implantación de Celupal en los años 50 llegó el desarrollo urbanístico del barrio

Por apariencia podría encasillarse el barrio como una zona preferente y acomodada, pero la realidad es bien distinta a pie de calle observando acerados, ausencia de áreas públicas o la amenaza constante que han vivido y aún mantienen por las inundaciones del arroyo Cachón.

Ante cualquier urgencia o necesidad los vecinos del barrio tienen que echar mano del coche. No hay ninguna tienda, ni siquiera un pequeño comercio, lo más cercano es un supermercado al otro lado de la autovía. El centro de salud más próximo es el de San José Artesano. Tampoco hay sucursales bancarias, por no tener no hay ni sede vecinal, pero sí al estar cerca de la A-7 cuentan con concesionarios y hasta dos hoteles. Es un barrio dormitorio por definición.

La Colonia tiene más de 50 años. Desde 1981 se concretó un acuerdo entre el Ayuntamiento de Algeciras y las empresas promotoras de la zona para que el suelo pasase a propiedad municipal en cuanto a viales, alumbrado y demás servicios públicos.

En cuanto al nombre del barrio son varias las teorías. Una de ella cuenta que el nombre podría corresponder a la persona que más participación tenía dentro de la inmobiliaria creada para la venta de los terrenos de la zona.

Educación

La historia del barrio está estrechamente ligada a la del colegio Los Pinos, que marca la división con el barrio que lleva ese mismo nombre. Desde 1967 imparte clases este centro de educación concertada, considerado uno de los de mayor calidad de España. Bien es cierto que por localización no quiere decir que todos los niños de la Colonia vayan a a él, ya que muchos se quedan fuera y acaban siendo ubicados en centros de enseñanza pública como el Ciudad de Algeciras o San Bernardo. El Bachillerato es privado en Los Pinos, por lo que no está al alcance de todos los padres e igualmente supone que haya que llevar y traer a los niños en coches particulares.

Servicios

A simple vista la Colonia no se puede decir que sea el barrio con mejores servicios. El autobús se queda en la entrada junto al hotel Alborán y hay personas mayores que tienen que andar más de diez minutos para alcanzarlo.

El único parque infantil que hay está junto al colegio. En 2016 el Ayuntamiento se comprometió a arreglar y colocar un tobogán que aún falta, además de parte del vallado. Han pedido además otro parque para mayores al lado ya que hay espacio y que se acondicione un camino.

De pistas de ocio o deportivas también carecen. Los vecinos pusieron sobre la mesa una alternativa que era el uso de la nave del antiguo depósito judicial en la calle Cedro, además hay unos terrenos municipales junto al colegio que están en desuso. En cuanto a seguridad se trata de un barrio tranquilo, salvo algunos botellones que se organizan los fines de semana entre adolescentes en algunos puntos aislados.

LIMPIEZA

Este es uno de los puntos más cuestionados del barrio. En limpieza la asociación de vecinos La Buganvilla está muy descontenta, tanto por el mobiliario como por el servicio. Las aceras hacen de tope para que la suciedad no siga rodando, además de las hojas que caen al suelo. La mayoría de los contenedores están rotos e incluso en algunos puntos siguen estando los amarillos y sin pedal.

A todo ello se le suma el incivismo de los propios vecinos que podan sus árboles o plantas y dejan los restos en plena calle. Por ello la asociación ha tomado la iniciativa de crear un punto de poda y no será el único, para que al menos haya en el barrio un lugar donde depositarlo ya que muchos no se toman la molestia de llevar la maleza a los puntos limpios. Por ello ante la falta de sanciones al respecto de forma particular han tomado la iniciativa. Otro problema al que se enfrentan es aquellas personas que depositan la basura en horas que no está permitido provocando que indigentes las saquen para rebuscar restos dejando todo sucio en plena vía pública.

Autogestión

La Colonia San Miguel es un ejemplo de autogestión, como otras zonas de Algeciras. La asociación vecinal tiene 80 socios pero hay vecinos que no conciben que se invierta en mejorar el barrio. El colectivo se ha hecho cargo de construir hasta dos pequeñas rotondas e invertir 1.000 euros en colocar diez espejos para seguridad del tráfico en cruces. En la entrada al barrio hay un cartel con el nombre que ha sido instalado por la asociación, además de un panel con el callejero.

Los vecinos se han encargado de embellecer más zonas de la Colonia como el único banco que existe, instalado en una pequeña esquina en la calle Árbol de la Cigüeña, lo que supuso un coste de más de 2.500 euros a los vecinos, sumando las dos rotondas citadas. Han cerrado también los canales de aguas pluviales que hay entre las viviendas para evitar que nadie entre y pueda ocurrir una desgracia ya que están llenos de maleza y suciedad. En las zonas de contenedores también han pintado e instalado hierros para evitar que se desplacen.

INUNDACIONES

La mitad de la Colonia San Miguel ha visto anegarse sus viviendas. La asociación explica que el agua pluvial de los barrios altos, como La Granja, se tapona en el vecindario. Los problemas se agravaron con los movimientos de tierra del Grupo Alonso, que se implantó junto al barrio. La dificultad para evacuar el agua provocó graves inundaciones, las últimas en 2011. El agua superó el metro y medio de altura.

A consecuencia de esta situación se han realizado limpiezas periódicas del cauce y los márgenes del arroyo, la construcción de un canal de seis metros de ancho y de una nueva estación de bombeo, así como la demolición del antiguo colector y la apertura de la desembocadura. No obstante, los vecinos consideran que las inundaciones vienen por la falta de mantenimiento y como ejemplo el nuevo canal está lleno de maleza y de insectos por el agua estancada. Quieren que se continúe canalizando el cauce del Cachón y que se abra 15 metros de ancho si se deja de tierra o nueve de hormigón. Además exigen una pasarela peatonal desde la calle Cedro que conecte con La Menacha, conexión que se quitó por su mal estado. La asociación pide a la concejal Eva Pajares que obligue al Grupo Alonso a mantener limpios los canales. Además consideran los vecinos que embellecería la zona crear un parque fluvial alrededor con bancos y un sendero para pasear.

Demandas

La Buganvilla tiene varias reclamaciones en cartera como que se habilite un paso de peatones en la A-7 para no tener que bajar hasta la Comisaría de la Policía Nacional para ir a los comercios de la Ermita. El alumbrado aéreo también es un peligro que recorre todo el barrio. Solicita el colectivo también un desbroce más continuado y civismo entre los vecinos, tanto a la hora de arrojar basura a la calle como por los excrementos caninos.

A ello hay que sumar, aunque parezca extraño, los atascos que se producen en el barrio, especialmente en hora punta a la salida del colegio. Además es visible el mal estado del acerado, en algunas calles inexistentes, como el asfaltado, con grandes socavones en algunos tramos y alcorques vacíos.

Historia

Los terrenos del barrio pertenecían a Agustín Bálsamo. Hasta la creación de la empresa Celupal en los años 50 era usada la zona como área recreativa. Sufrió un proceso de transformación urbanística y empezó a llamarse Los Pinares. Más tarde llegó a ser la zona residencial de Algeciras por excelencia con gran prestigio. Irrumpió una inmobiliaria y con los permisos municipales empezó a vender parcelas, que incluso adquirieron ciudadanos de fuera de la ciudad. Algunas viviendas aún conservan las características de los años 60.

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