Algeciras

La Villa Vieja quiere abrirse camino

  • Los vecinos reclaman una mejora y el embellecimiento de su acceso por las escaleras del paseo del Río de la Miel

  • La rehabilitación se contempla dentro del proyecto de la Caridad

Es el hilo conductor entre las calles San Quintín y Cervantes. Las escaleras centenarias que conducen a la Villa Vieja desde el paseo del Río de la Miel, junto al actual Consulado de Marruecos -Hotel Anglo Hispano- y a los pies de la Oficina de Turismo, demandan una mayor atención pero no sólo esos escalones erosionados y la rampa imposible para el paso de minusválidos, sino todo su espacio aledaño, entre parcelas abandonadas y enseres que se acumulan formando pequeños vertederos ilegales.

Esta es la estampa, la del acceso al barrio alto, la que atraviesan numerosos turistas que se alojan en el hotel Reina Cristina o aquellos que suben para visitar la Villa Vieja, donde además del histórico recinto hotelero digno de visitar se encuentra el parque de las Acacias, los vestigios de una factoría de salazones descubierta en 2001 en la calle San Nicolás o el conocido Patio del Coral, que testimonia una de las puertas de acceso a la ciudad en la época medieval.

La Villa Vieja es un punto de gran interés turístico que recoge la historia de Algeciras

Los vecinos de esta zona, los que llenan de vida calles de gran solera e historia como San Nicolás o Alexander Henderson, lamentan esta mala imagen que se ofrece entre asfaltos erosionados y limitadas aceras, además de los solares abandonados sobre los que solicitan una mayor presión por parte de Disciplina Urbanística para ser adecentados.

La mejora del entorno del paseo del Río de la Miel y este acceso a la Villa Vieja es uno de los planes que se contemplan dentro del gran proyecto del Barrio de la Caridad. Es una iniciativa multidisciplinar en la que trabajan distintas delegaciones municipales, con el objetivo de regenerar y dar vida a la conocida como "zona baja" de Algeciras.

Una de las mejoras que contempla el proyecto, financiado con fondos europeos, está precisamente en esta zona de la Villa Vieja, ya que no sólo se prevé reordenar el tráfico sino salvar todas las barreras arquitectónicas. Los vecinos de esta zona alta de la ciudad usan estas escaleras para alcanzar el centro urbano o bien bajan por la calle Emilio Burgos o usan directamente el paseo de la Conferencia. Si bien son muchas las personas mayores que encuentran dificultades a la hora de entrar o salir, sumado a que no se identifica la puerta de entrada a la Villa Vieja, convertido en un entorno casi aislado pese a su historia.

El proyecto del Barrio de la Caridad tiene varias fases y aún están en proceso de redacción los diferentes trabajos, si bien al menos se puede decir que esta trama urbana de Algeciras está incluida dentro del proyecto que recibirá 15 millones de euros de fondos europeos para su desarrollo.

La subida a las citadas escaleras además no sólo se ubica junto a la oficina donde los turistas recogen información de la ciudad, sino en el principal paso de viajeros al ser el paseo que conecta el puerto de Algeciras con las estaciones de tren y autobús, cuyo trasiego es de gran importancia. En los últimos años la imagen del tramo se ha mejorado pero los residentes de la Villa Vieja piden mayor atención a la subida por el abandono visible.

Este tramo de escaleras entre las calles era un simple sendero hasta que a finales del siglo XIX empezaron a venderse parcelas, llevó la vía férrea y dejó de ser un camino que bajaba al río para ser el acceso a una de las zonas nobles de la ciudad con cerámica y azulejos de la época.

La Villa Vieja es historia de Algeciras y de eso sabe bastante el investigador Antonio Benítez, colaborador de Europa Sur y miembro activo del Instituto de Estudios Campogibraltareños (IECG). En su comunicación denominada La repoblación de la Villa Vieja de Algeciras, publicada en la revista Almoraima (número 38, 2009), desgrana al detalle la urbanización de la zona.

Benítez explica que a principios del siglo XX la construcción del ferrocarril de Bobadilla a Algeciras y, sobretodo, la puesta en servicio de la línea marítima de vapores a Gibraltar hicieron posible la recuperación del antiguo solar de la Villa Vieja medieval, urbanizado y repoblado por representantes significados de las clases acomodadas gibraltareñas que lo convirtieron en un enclave británico. Al estar protegido del exterior por las características físicas y la voluntad de sus habitantes, durante casi medio siglo el barrio se mantuvo al margen de los cambios del resto de la población, por lo que mantuvo intacta su identidad hasta finales de la década de los 50.

Un siglo después el barrio conserva todavía buena parte de su solera primigenia gracias a que, hasta ahora, se ha mantenido por su propio aislamiento. Esta situación invita a abrirle el paso como es debido a los turistas y a Algeciras, para presumir de su historia.

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