La Policía Nacional ha culminado la investigación de un hombre de Algeciras que intentó ganarse la confianza a través de internet de varias menores -amigas de sus hijos- con el fin de obtener imágenes de índole sexual e intentar mantener algún contacto físico con ellas.

El individuo está acusado de un delito de acoso sexual y otro contra la libertad e indemnidad sexual a menores.

Era habitual que el investigado, que triplicaba la edad de sus víctimas, las invitara a refrescos, golosinas e incluso a comer a su casa. Solía reunirse con ellas en la zona de encuentro de la pandilla de las niñas, a las que se unía como si se tratara de uno más. Las conversaciones que mantenía con las afectadas eran cuando menos inapropiadas, con un alto contenido sexual, lo que provocó que las niñas lo evitaran cuando se acercaba a ellas sin sus hijos.

Una vez había entablado contacto físico con las niñas supuestamente las contactaba a través de la red social Instagram, "medio por el que las controlaba, interesándose por todos sus pasos e interrogándolas acerca de cuando iban a ir a la zona de encuentro de la pandilla", según explica la Policía en una nota.

Este es el modo de actuar de la técnica conocida como child grooming, en la que un adulto contacta con menores a través de las redes sociales para mantener conversaciones embaucadoras tratándolas como si fueran adultas. El groomer hace sentir especiales a sus víctimas, atendiéndolas como si tuviera una relación sentimental con ellas. Una vez ganada su confianza les requiere imágenes de índole sexual e incluso llega a concertar un encuentro físico.

Según explica la Policía, las mismas niñas llegaron a declarar que todas tenían la sensación de que el hombre intenta tener una relación con ellas y que si no lo hizo fue porque ellas le esquivaban. No se descarta que alguna hubiera podido llegar a algo más con el adulto.