La casa salesiana de Algeciras clausuró anoche las Jornadas Marianas, que han tenido lugar en la Iglesia de María Auxiliadora y en la que se han llevado a cabo conferencias en aras de argumentar el sentido religioso de una coronación canónica, así como sus trámites y pautas burocráticas.

Manuel Muñoz fue quien expuso ayer el cimiento fundamental que toda imagen que se preste a ser coronada debe tener consolidado: su feligresía.

Bajo el título de La devoción a María Auxiliadora en Algeciras, el párroco desmenuzó el seguimiento que a la madre salesiana le rinde la ciudad desde 1936, año en que llegara la primera talla al municipio para, en cierta forma, empadronarse en él hasta nuestros días.

Sin embargo, no fue la llegada de la imagen la que propició el culto, sino que antes ya se habían realizado celebraciones en tributo a la advocación con cuadros de la misma.

Sentado en el altar y con María Auxiliadora a su espalda, Muñoz Ríos desveló las fuentes a través de las cuales se ha nutrido a la hora de confeccionar su discurso. "Me van a permitir que revele las dos fuentes que he utilizado para esta ponencia:la primera, las crónicas de la casa; y la segunda, el testimonio de los fieles", afirmó, antes de añadir que el último punto al que acudió estaba escrito en un lugar inusual para un manuscrito: "¡El corazón!".

De igual forma, el párroco salesiano incidió en la idea que ya desglosara el pasado lunes el cardenal Amigo Vallejo. "Hay que creer en María como madre y Auxiliadora", redundó.

En su exposición, el salesiano rondeño destacó el papel que han tenido sus protagonistas. "Todo esto es obra de aquellos inicios del padre Yun o Francisco Fernández. Al igual que gracias a seglares como Miguel Redondo o el profesor Diego Gómez", señaló.

Al término, Manuel Muñoz evocó las primeras ediciones de eventos tan arraigados en la ciudad como la Verbena de María Auxiliadora, cuya primera edición se celebró en 1973, o la bajada de la Virgen, que data de 1978.

Antes de acabar, el religioso de Ronda parafraseó al alcalde Algeciras, José Ignacio Landaluce, quien en 2014 agradeció la contribución de la casa salesiana a la prosperidad de la ciudad. "Algeciras le ha dado el mejor regalo posible a ellos, sus hijos, para confiarle su formación y educación", concluyó.