La Junta de Andalucía está estudiando si Gibraltar ha incumplido la normativa europea de traslado de residuos, después de que la Guardia Civil retuviera el pasado miércoles en la frontera de La Línea dos camiones con 29.000 kilogramos de chatarra procedentes del buque New Flame.

La Consejería de Medio Ambiente informó ayer de que está analizando la situación para determinar posibles vulneraciones en materia de importación de residuos, conforme a lo establecido en el Reglamento (CE) 1013/2006 del Parlamento europeo y del Consejo de 14 de junio de 2006. La Junta reseñó que está trabajando "en todo momento" coordinada con la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental del Ministerio de Medio Ambiente.

Asimismo, el Instituto Armado puso ayer a disposición de la Junta las muestras de chatarra recogidas de los camiones para que sean analizadas en los laboratorios de la Consejería, "con objeto de obtener resultados a la mayor brevedad posible". Paralelamente, técnicos de la delegación provincial de Medio Ambiente se desplazaron ayer hasta la empresa Reciclaje Campo de Gibraltar de Cádiz y su Bahía, ubicada en el polígono sanroqueño de Guadarranque, para inspeccionar las instalaciones, comprobar si en ellas existen restos del New Flame y tomar muestras de los mismos. El dueño de la empresa ya afirmó a este diario que en las últimas dos semanas ha recepcionado unas 180 toneladas de chatarra del barco.

Por otra parte, el consignatario del agente de aduanas autorizó el pasado jueves por la tarde la marcha de la cabeza tractora de uno de los camiones interceptados, en concreto el de matrícula española 4036 FJS. Sin embargo, los agentes del Instituto Armado precintaron el remolque del mismo -con matrícula R 0572 BBR-, en cuyo interior hay 22 toneladas de chatarra compuesta por trozos del casco del barco y parte de la carga. Respecto al otro camión, con placas del Peñón y que llevaba 7 toneladas de chatarra, retornó a última hora del jueves con la mercancía a la sede de la empresa Steel Macltd Co, que actúa de primer intermediario y que tiene sede en la unidad G-3A de Cormul, en el Peñón.

El diputado socialista Salvador de la Encina, por su parte, indicó ayer que el Ministerio de Asuntos Exteriores es consciente desde hace un mes de que está pasando por la frontera piezas del casco del barco para ser transportadas hasta Sevilla. Según el diputado, se trata de una transacción comercial legal que no requiere de ningún permiso del Gobierno sino sólo cumplir con los trámites aduaneros. "El Ministerio informó a la Guardia Civil de esta importación y le notificó que analizara si en los camiones iba alguna chatarra distinta a la del casco", dijo De la Encina.

Los agentes detectaron el miércoles que en los dos camiones había, entre las piezas del barco, parte de las 42.000 toneladas de chatarra que cargaba el New Flame. Por ello, se procedió a la retención para analizar si ésta es contaminante o no. "El control aduanero ha funcionado correctamente. El Gobierno español no dejaría cruzar ninguna mercancía si tuviera la más mínima sospecha de que pudiera ser peligrosa para la salud de los ciudadanos", manifestó De la Encina.

El diputado del PSOE, además, aseguró que los análisis previos de la chatarra señalan que ésta no es contaminante. "Los ecologistas dijeron que la carga del buque era peligrosa y que ya podría estar en el fondo del mar. Pues bien, los primeros estudios lo descartan aunque tendrá que ser la Junta la que lo confirme", dijo.

De la Encina, además, justificó a la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, que esta semana dijo no tener constancia de que se estaba transportando chatarra por la frontera. "La ministra no mintió, ya que no le constaba. Lo importante es que no se ha cometido ninguna irregularidad y que la tramitación ha sido correcta", recalcó.

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