La puerta de la Inmaculada linense se encontraba repleta de gente ataviada para la ocasión. Esperaban la llegada de la novia que, aunque tarde, llegó en un flamante automóvil: el histórico 600 que tanto caló en su tiempo y que aún hoy es una prenda codiciada para eventos inolvidables. Cuando concluyó la ceremonia los recién casados se marcharon apretados pero contentos en el vehículo de la novia.
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