Historia del Puerto de Algeciras (LV)

Construcción de dos tinglados metálicos en el muelle de la Galera (1917-1920)

  • Historia. Estas instalaciones tenían como principal objetivo permitir la explotación de las nuevas superficies de muelle y líneas de atraque que se estaban habilitando para prestar los servicios

Almacenamiento de corcho en el muelle de la Galera y en los tinglados metálicos. Año 1921

Almacenamiento de corcho en el muelle de la Galera y en los tinglados metálicos. Año 1921 / apba

Las seculares limitaciones y carencias que presentaba el incipiente puerto de Algeciras a principios del siglo XX, no sólo a causa de la inexistencia de las necesarias obras exteriores de abrigo, sino también por la escasez de superficies de muelle, de líneas de atraque y de calados para posibilitar la práctica y el desarrollo de las diferentes funciones que un puerto moderno debía ejercer, fueron paliadas en parte con la construcción del muelle de la Galera, vieja aspiración de las autoridades municipales, de los comerciantes de la ciudad y de la Junta de Obras desde su creación en 1906.

Acabada la primera fase de construcción del muelle de la Galera o de Alfonso XIII y habilitado el mismo para el atraque de buques de pequeño y mediano porte con la obtención de suficientes calados, se hacía necesario dotarlo de instalaciones y servicios que dieran respuesta a la creciente demanda de los sectores comercial y pesquero y del tráfico de pasajeros. Por tal motivo, a partir del año 1916 comenzaron a redactarse proyectos de instalaciones destinadas a resguardar y promover el comercio general, la pesca, el traslado de tropas y material militar y el tránsito de pasajeros que con Gibraltar, pero sobre todo con el Norte de África, estaba creciendo por aquellos años de manera exponencial si damos crédito a los testimonios recogidos en las actas de la Junta de Obras del Puerto.

Estas instalaciones (tinglados, almacenes varios, casetas para la industria pesquera, la Comisaría y Aduana, servicios de aguada y grúas, etc.) tenían como principal objetivo permitir la explotación de las nuevas superficies de muelle y líneas de atraque que se estaban habilitando para la prestación de servicios a los usuarios, al mismo tiempo que se lograba incrementar los ingresos por recursos propios de la Junta con el cobro de cánones, alquileres y arbitrios. El muelle de la Galera estaba destinado a ser la base del futuro desarrollo del puerto de Algeciras y en tanto que no se construyeran nuevos muelles destinados en exclusiva al tránsito de pasajeros, a la carga y descarga de mercancías y a la pesca, sería el de la Galera el que debería acoger todas estas variadas actividades. Y para ello era necesario dotarlo de instalaciones y de servicios adecuados.

Los dos tinglados construidos en el muelle Comercial entre los años 1913 y 1914, a instancia de los representantes de la Cámara de Comercio de la ciudad en la Junta de Obras, pronto quedaron obsoletos, al mismo tiempo que la superficie del nuevo muelle se incrementaba con las obras en marcha y la ampliación hasta la roca o bajo de los Patrones proyectada, así como con la necesidad de dar cobijo al cada vez mayor número y cantidad de mercancías que entraban y salían por el puerto.

El 20 de diciembre de 1917 fue informado por la Junta el Proyecto de Tinglado metálico para el muelle de la Galera redactado por el ingeniero director y firmado el 28 de noviembre anterior. Este proyecto se tramitó por vía de urgencia, formando parte de la terminación del citado muelle. Por Real Orden del 24 de diciembre se aprobaba por la superioridad el proyecto, autorizándose a la Junta a llevarlo a cabo por el sistema de administración. Y el día 26 del mismo mes, un oficio del director general de Obras Públicas comunicaba el libramiento de 24.600,13 pesetas para la ejecución de las obras.

Entre los motivos alegados por el ingeniero director para la realización del citado tinglado se encontraba el que era una necesidad largo tiempo sentida por este puerto, a la necesidad de resguardar las mercancías de la intemperie durante el tiempo que tardan en ser retiradas o embarcadas o mientras se obtienen los despachos de Aduana, y a la de guarecer a la tropa durante su embarque y desembarque. La función de embarque-desembarque de tropas está también documentada por la indicación que hizo el Ministerio de Guerra a la Junta de que el tinglado en cuestión se instalara en el extremo del muelle de la Galera, lugar que éste consideraba muy a propósito para los embarques de soldados y material de guerra que se tenían previstos. La necesidad de construir un tinglado en el muelle era expuesta frecuentemente por el Ministerio de Guerra, dada la creciente importancia que estaba adquiriendo el puerto de Algeciras en relación con el abastecimiento del ejército español en el Protectorado y el traslado de tropas. Entre las causas que justificaban la instalación del tinglado, el director, señor Rodríguez del Valle, señala, en el referido proyecto de tinglado, que también el ramo de Guerra (transportes militares) ha reclamado algunas veces lugar a propósito donde guarecer de la lluvia y vientos a la tropa que, con destino a África, embarca y desembarca por este puerto.

El tinglado proyectado, que se construiría en la cabecera del muelle de la Galera, consistía en una edificación abierta de dos naves con elementos sustentantes y armadura de hierro y cada nave con cubiertas a dos aguas de chapa galvanizada ondulada. Una linterna corrida a lo largo de toda la cubierta remataba el tejado de cada nave con persianas laterales metálicas. En el tejado se habilitaban veinte lumbreras de cristales estriados que proporcionaban luz natural al edificio. Los materiales serían proporcionados por los señores Larios Hermanos de La Línea y las medidas del edificio alcanzarían los 32,43 metros de largo por 12,70 metros de ancho cada nave.

No se sabe con exactitud cuando comenzaron a estar operativos los dos tinglados, aunque aparecen terminados en fotografías del año 1921. A poco de su puesta en funcionamiento fueron ocupados, mediante el pago del preceptivo canon, por la Sociedad Esparto-Corchera Ibérica para el almacenamiento de corcho hasta el momento de su exportación. Esta ocupación fue prorrogada por la Junta en octubre de 1923.

Como los dos tinglados estaban abiertos, las mercancías almacenadas sufrían frecuentes hurtos y daños. Por tal motivo la Junta decidió acometer el cerramiento de ambos tinglados en el mes de febrero de 1924 con muros de cemento para convertirlos en sendos almacenes. En la sesión de la Junta de Obras celebrada el 15 de dicho mes se aprobaba el proyecto para el cierre de ambos tinglados. Es muy probable que el cerramiento proyectado para convertir los dos tinglados metálicos en un almacén no llegara a realizarse, al menos con la finalidad y la cronología previstas. Un cambio en los proyectos de la Junta vendría a invalidar esta obra. La llegada del ferrocarril al muelle de la Galera y la necesidad de contar con un edificio para albergar la Estación Marítima iban a convertir los tinglados metálicos en la estructura sobre la que se edificaría la futura Estación del Puerto entre 1927 y 1928.

Antonio Torremocha. Doctor en Historia Medieval. Académico de número de la Academia Andaluza. Director del Museo de Algeciras (1995-2007)

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