Los trabajadores del hotel Octavio iniciaron ayer actos de protesta por el cierre de éste el próximo 31 de octubre, tras fracasar las negociaciones con la empresa propietaria de la instalación, Asunedu. Así, los empleados colocaron en los balcones pancartas en contra de la clausura y prevén para hoy una sentada a las 09:00 horas. "Hemos tenido dos reuniones con la compañía desde que impulsaron el Expediente de Regulación de Empleo (ERE), pero no logramos nada", afirmó uno de los integrantes de la plantilla -compuesta por 16 personas, que perderán su puesto (algunos tras más de 30 años de servicio)-.

El director del hotel, Jesús Soler, explicó a finales de agosto que la empresa se planteaba arrendar el inmueble -catalogado como edificio singular- y convertir a la plantilla en una sociedad laboral con accionariado, donde cada uno aportaría lo que pudiera. Una idea que, por el momento, no ha dado sus frutos.

Aún así, la compañía recalcó que siempre se ha intentado mantener el hotel; aunque durante un tiempo el edificio se puso a la venta. Una decisión adoptada con la idea de que lo adquiriera alguna cadena hotelera y le diera continuidad.

Además, la iniciativa de gestionarlo, según dijo Soler, se planteó porque este hotel tiene una clientela ya fidelizada y por la pérdida del trabajo y el problema para las familias que significa su cierre. "Ante todo somos hoteleros y creemos en el negocio", señaló el director, a sabiendas de que este proyecto va unido al sacrificio de la plantilla a nivel salarial y laboral, y a la necesidad de buscar financiación.

Soler lamentó la "competencia innecesaria" que han sufrido con la implantación de nuevos hoteles en la ciudad, que les obligó a bajar más los precios, pese a ser cadenas que "no necesitan abrir con una tarifa por debajo del mercado para atraer clientes".