Algeciras es la que más gasta en el servicio de limpieza al año dentro de las tres principales ciudades de la provincia gaditana. El Ayuntamiento va a destinar 18 millones de euros a este capítulo en los presupuestos para este año. Un montante superior al de Cádiz y Jerez, que pagan un canon anual a las empresas concesionarias de 16 y 12 millones, respectivamente.

Pese a ser la ciudad con menos población de las tres -según los datos del INE de 1 de enero de 2007-, Algeciras también lidera la estadística en cuanto a número de trabajadores. Algesa cuenta con una plantilla de 486 empleados frente a los 400 que tienen las empresas privadas Sufi-Cointer (Cádiz) y Urbaser (Jerez).

En lo que respecta al Campo de Gibraltar, el desembolso del Consistorio algecireño triplica al de La Línea, segundo núcleo poblacional de la zona. Una proporción similar respecto a las plantillas, ya que la empresa que tiene la concesión linense, Isolux Corsán, cuenta con 156 empleados.

El salto cuantitativo en Algeciras comenzó después de que el pleno aprobara -con los votos a favor del PSOE, PA e IU; y la oposición del PP- la gestión pública del servicio de limpieza a finales de 2004. Desde entonces, esta localidad es la única -de las cuatro comparadas- que opta por una empresa municipal.

El Ayuntamiento de Algeciras se vio obligado a rescatar la limpieza después de que Urbaser, la entonces empresa concesionaria, dejara de prestar el servicio en diciembre de 2003. La marcha de la compañía se debió a los continuos impagos, que derivaron en una deuda de 42,5 millones de euros.

El Consistorio algecireño abonaba en aquella fecha a Urbaser un canon anual de 12 millones. Ahora, con la gestión municipal, el esfuerzo presupuestario se ha incrementado en un 50 por ciento.

La precipitada renuncia de Urbaser llevó al Consistorio a gestionar el servicio de forma transitoria. El entonces alcalde, Juan Antonio Palacios, no era partidario de hacer público el servicio; por lo que anunció que iba a sacar un nuevo pliego de condiciones a concurso. Acto seguido partidos como IU y los sindicatos se posicionaron en contra y abogaron por que el servicio fuera público, ya fuera a través del Ayuntamiento o la Mancomunidad. IU llevó su iniciativa al pleno en diciembre de 2003, pero fue rechazada por los otros grupos políticos. Meses después este parecer cambiaría dentro del equipo de gobierno. En marzo de 2004, Palacios ya empezó a decantarse por la opción pública. Una fórmula que se afianzó dos meses después con la firma del convenio colectivo, que afectó entonces a 450 empleados.

Las deudas y los problemas con las empresas concesionarias es la tónica general en las ciudades analizadas. En La Línea la limpieza corre a cargo de Isolux Corsán desde hace un año y medio. El Consistorio le adeuda a la concesionaria 13 millones.

En Cádiz, en 2006 el Ayuntamiento adjudicó a la empresa Sufi-Cointer el servicio. Esto suponía un cambio radical ya que en la década anterior lo realizaba UTE-Cádiz, formada por FCC y Urbaser. La primera de estas dos compañías llevaba 40 años operando en Cádiz, pero el descenso de la calidad en el servicio, las malas relaciones y una mejor oferta de Sufi-Cointer hicieron que se decidiera por el cambio.

En Jerez, el Ayuntamiento tiene una deuda con Urbaser de alrededor de 45 millones de euros, lo que ha puesto en peligro la continuidad de la concesión.

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