Algeciras

Algeciras, fiel a su romería especial

  • Miles de personas reciben a la Virgen en la orilla de El Rinconcillo

  • El tiempo acompaña y vuelve a ser un éxito la fiesta, de Interés Turístico Andaluz desde 2014

Algeciras, fiel a su romería especial

Algeciras, fiel a su romería especial

El sol tardó en despertar pero no perdió protagonismo en el día grande de las fiestas patronales de Algeciras. La lluvia que se coló en la víspera no hizo saltar las alarmas y el tiempo volvió a ser un aliado sin excesivas temperaturas ni precipitaciones indeseadas. Miles y miles de personas fueron fieles a la cita con El Rinconcillo para vivir de cerca la 42º romería marítima en honor a la Virgen de la Palma, Fiesta de Interés Turístico de Andalucía desde 2014, organizada por la Sociedad Federada de Pesca El Mero en colaboración con el Ayuntamiento de Algeciras.

En los últimos años se ha hablado de un seguimiento de hasta 40.000 personas y para comprobarlo sólo había que echar un vistazo a la orilla de la playa desde bien entrada la mañana, sumándole a ello el goteo constante de devotos y curiosos que acudieron a la plaza Virgen del Mar para saludar a la imagen. La talla, obra del escultor Nacho Falgueras, arribó a la orilla de El Rinconcillo a las 13:30 y fue depositada en el altar instalado en la plaza Virgen del Mar hasta las 23:00, hora marcada de regreso a la cueva donde aguarda durante todo el año.

Los buzos del Mero se sumergen en 18 metros de profundidad para recuperar la imagenEl Mero califica de éxito esta tradición, que cada año atrae a más turistas a la localidad

Algeciras es tan especial que cada algecireño vivió el día de su Patrona como le apetece. Hay quienes aguardaban ayer a la 8:00 en el templo mayor para encaminar sus pasos al Rosario de la Aurora en honor a la Palma, que organiza la hermandad. Otros se despertaron cuando el sol aún no bañaba el reflejo de las olas para instalar sus sombrillas y veladores en la playa de El Rinconcillo a la espera de vivir con su familia y amigos una nueva romería marítima. Y también los hubo que tomaron esta jornada festiva como un respiro laboral para disfrutar de un martes de agosto.

Pero si hay un grupo de algecireños que vive con intensidad cada 15 de agosto esos son los de la sociedad El Mero. Más que una tradición es un veneno de emoción, de adrenalina como un disparo que recorre el cuerpo al ver emerger de las aguas la imagen en honor a la Palma. A las 10:00 ya estaban posicionados en aguas de la Bahía los buzos del Mero, casi enclavados en la Punta de San García, postrado como un balcón excepcional para descubrir cómo recuperan del fondo de la bahía la imagen. Varias embarcaciones, una neumática y la presencia de la Guardia Civil, todos fueron testigos del momento, del regreso a tierra de la imagen tallada por Falgueras.

Las condiciones meteorológicas eran favorables. La fuerza del viento era de 14 kilómetros con viento de levante. Apenas se movían las embarcaciones, sólo tambaleadas por las tímidas olas del tránsito de buques. El sol apenas había salido y el mar parecía bañado por un manto gris plata. Los componentes del Mero y su familias llenaban los pequeños barcos que apuntaban a la gruta donde yace, a 18 metros de profundidad, la imagen.

Los primeros minutos de espera en alta mar fueron distendidos hasta que el reloj rozaba la media hora desde el inicio de la inmersión. "Vamos para arriba", se escuchó entre silencios y el mar dibujó un esfera que anunciaba la llegada de la Virgen. No tardó en sonar la sirena de una de las embarcaciones, seguida de dos bengalas lanzadas al cielo para anunciar a Algeciras que la Virgen ya estaba en tierra. Con cuidado la elevaron hasta uno de los barcos donde le retiraron algunas algas que rodeaban su cuello para colocarle la medalla de la Palma, con la que fue recibida por miles de algecireños en la orilla.

Mientras la imagen estaba en alta mar, El Rinconcillo se iba llenando de coches y ciudadanos. A las 12:00 ya era tarea difícil encontrar un aparcamiento, o más bien acceder al barrio por las calles principales. Muchos algecireños, ya alertados de otros años, fueron a pie desde otros puntos de la ciudad con sus sillas y neveras a cuesta.

La plaza Virgen del Mar era un hervidero y la orilla no se veía de la gran multitud que ocupaba la arena. Al fondo la música de El Barrio y sus sonidos flamencos animaban a los que se iban agolpando en los márgenes del camino marcado para la llegada de la imagen. A las 13:23 empezaron a sonar las sirenas de las embarcaciones, que cada vez se acercaban más y más a la orilla.

Conforme pasaban los minutos también apretaba más el calor, e incluso algunos rayos de sol se hacían hueco entre las nubes. La música ambiente empezó a bajar y apenas quedaban tres minutos para la hora fijada para el desembarco de la Virgen -las 13:30-. No faltaban los colores azul y amarillo como guía hacia el altar.

En el agua esperando a la Virgen estaba el alcalde de Algeciras, José Ignacio Landaluce (PP), miembros del equipo de gobierno y de la oposición, junto al presidente del Mero, José Cortés. Los ochos buzos que realizan la inmersión fueron también los encargados, junto a más compañeros y devotos, de transportar en una parihuela a la imagen de 114 kilos hasta el altar. Casi media hora duró el recorrido de apenas 150 metros, que hicieron con una marcha a paso lento que empezó con Caridad del Guadalquivir, ya una tradición de esta romería. No faltó tampoco Entre dos aguas, de Paco de Lucía, que sonó a las 13:48 justo cuando la imagen encaraba el altar.

Ya en el escenario de la plaza la multitud y las cámaras hacían imposible ver lo que ocurre cada año y es que Landaluce le coloca a la imagen la diadema que la corona para dar paso al discurrir de las miles de personas que la visitan durante toda la jornada la imagen. La imagen ya estaba en tierra y ya solo quedaba disfrutar de la jornada. Sobre las 20:00 tuvo lugar la misa que tenía previsto oficiar el padre trinitario Luis Miguel Alamillos. Como es tradición, tras el regreso de la imagen a las aguas de la bahía hasta el año próximo se puso el broche final con una función especial de fuegos artificiales.

El año pasado la romería se puso a prueba al celebrarse bajo un cielo cerrado con lluvia incluida, pero la gente respondió. El presidente del Mero, José Cortés, recordó con orgullo la cita de 2016, que lejos de difuminarse demostró que más que una tradición peculiar es una devoción hacia la imagen marinera. Por lo que la distinción de Fiesta de Interés Turístico Andaluz está más que avalada con la respuesta de los algecireños. Cortés destacó ayer el "arraigo" que tiene la romería y aunque a priori no se marcan nuevas metas sí sueñan con recibir un reconocimiento mayor a nivel nacional, aunque para ello deberían trabajar mucho y sobretodo seguir contando con el apoyo de los medios de comunicación, a los que agrade la labor de difusión que se hace de la fiesta.

El alcalde, como es habitual, acabó mojado de pies a cabeza, disfrutando como uno más de la tradición popular. El primer edil mostró su agradecimiento por el desarrollo de la jornada y la gran implicación demostrada por los algecireños con su "respaldo mayoritario". No olvidó destacar Landaluce a la sociedad El Mero por su trabajo y también a los operarios municipales que desde hace semanas en El Rinconcillo centran sus esfuerzos. Más de un centenar de personas se implican en esta fiesta local.

La concejal de Turismo, Susana Pérez Custodio, hizo hincapié en el esfuerzo realizado por preservar la tradición y señaló que personal del departamento de Turismo iba a recoger en un libro de firmas la procedencia de los visitantes, destacando que hay personas llegadas desde distintos puntos de la provincia de Sevilla, Ciudad Real, Madrid, Barcelona, Cantabria y varias localidades de la provincia de Cádiz.

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