tributo. la brigitte bardot española viajará desde ibiza

Algeciras celebra a Aída power

  • La actriz algecireña, que en los años 60 cortó una meteórica carrera en el cine por amor, recibirá un homenaje en su tierra el 14 de abril l Será una cena-fiesta cargada de sorpresas

Aída Power, en una de sus apariciones en la gran pantalla.

Aída Power, en una de sus apariciones en la gran pantalla.

Adelaida Deudero era una jovencita de la Algeciras de los 60 a la que un gran talento para la interpretación, una belleza extraordinaria y un pequeño malentendido la llevaron a convertirse en una estrella de cine llamada Aída Power. Y, cuando se había consolidado como actriz y se postulaba para dar el salto a Hollywood, un músico de nombre Gerardo Gas le robó el corazón y ella decidió dejar su carrera para formar una familia junto a él. De ella escribió en Europa Sur hace casi diez años el columnista Alberto Pérez de Vargas. Aquel artículo lo leyó Javier Ortega, un enamorado de Algeciras que empezó a investigar sobre la figura de la actriz. Cuando la descubrió entendió la necesidad de prepararle un homenaje en la ciudad y reclutó al propio Alberto Pérez de Vargas, además de a Pedro Delgado, Ángel Gómez o Juan José Téllez. El acto se celebrará el 14 de abril en el hotel Reina Cristina y promete muchas sorpresas.

Hija de un militar destinado a la ciudad y nieta de toda una institución en Algeciras, el oftalmólogo Rafael Power, Adelaida vivió hasta los 21 años en la calle Rocha. "Con sus veintipocos años en la calle Ancha, levantaba pasiones en propios y extraños", relata Pérez de Vargas, amigo de la infancia y adolescencia de Antonio Deudero, hermano de la actriz fallecido en 1998. "Esa mujer que nos dejaba embobados a los paseantes de la quebrada urbana que, desde el Piñero, forman la calle Ancha, la Plaza Alta, el callejón el Ritz y la cuesta de Nogue", escribió en otro momento Pérez de Vargas.

Aída se marchó a Madrid y allí el cine salió a su encuentro. Un día fue a buscar piso, equivocó el número de una inmobiliaria y llamó a otra puerta. El hombre que la abrió le dijo que se dedicaba a hacer películas y que era la chica que estaba buscando para la siguiente. Habló con sus padres -que ella recuerda que siempre la apoyaron- se presentó al casting y la contrataron. Corría el año 1963 y Escala en Hi-fi se convirtió en el primera trabajo de una actriz que tuvo una vertiginosa carrera de casi cinco años: Acción en Mallorca (1964), Rueda de sospechosos (1964), Cartas Boca arriba (1966), Una chica para dos (1966), El arte de no casarse (1966), Rififí en Amsterdam (1966), Las viudas (1966), Vestida de novia (1966), Bikini Paradise (1967) y Un diablo bajo la almohada (1968).

En ese tiempo la dirigieron José María Forqué, Gregg G. Tallas, Ana Mariscal, Julio Coll, Sergio Grieco, Jorge Feliu, José María Font, León Klimovsky, Ramón Torrado, Jesús Franco, Ramón Fernández, Maurice Cloche e Isidoro M. Ferry. Compartió rodaje con Alberto Closas, Julia Gutiérrez Caba, Arturo Fernández, Rafaela Aparicio, Concha Velasco, Alfredo Landa, Antonio Vico, el Dúo Dinámico. Manolo Escobar, Ingrid Pitt, Antonio Ferrandis, Eddie Constantine, Françoise Brion, Fernando Rey, José Suárez, Susana Campos o Roberto Camardiel.

Por entonces había quien la llamaba la Brigitte Bardot española y otros daban por hecho que estaba emparentada con Tyrone Power. Por mucho que lo desmintió ahí quedó el parentesco para la rumorología.Ella hablaba a boca llena de su ciudad de nacimiento siempre que podía. Un día la revista Sábado Gráfico le dedicó una portada y en un artículo se la identificaba como "actriz francesa". Ella hizo que rectificara: "Soy de Algeciras". A su ciudad volvió bastante, sobre todo en verano. Una vez se paseó subida en una carroza de la cabalgata de la Feria.

Y, de repente, decidió poner fin a su carrera como actriz. Hacía algún tiempo que era novia de un músico catalán llamado Gerardo Gas que no paraba por aquel entonces de recorrer Europa con su grupo. Ella estaba haciendo una obra de teatro de título Es mejor en otoño (Alfonso Paso) con Celia Gámez y Rafael Rivelles. La compañía se iba a Argentina. Gerardo Gas le preguntó qué plan tenía y ella dijo que no se separaría de él. El amor cortó la carrera meteórica de Aída Power, pero le permitió crear una familia en Ibiza, donde vive desde entonces, lo cual supone un hito de bastante más importancia del que para nada se arrepiente.

Aída Power viajará desde Ibiza y será recibida por la corporación municipal en el Ayuntamiento. Luego le esperan amigos, familiares y admiradores en el hotel Reina Cristina. Allí, entre sorpresas, se hará justicia con una algecireña a la que nadie debería haber olvidado.

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