Así que pasen veinte años. Podría parecer lo contrario, pero el panorama del deporte comarcal no ha variado tanto en las dos últimas décadas. Cambian nombres, pero no demasiado las circunstancias y el horizonte, como entonces, está marcado por las apreturas económicas. Es evidente que en tan largo periodo han mejorado y aumentado las instalaciones, pero en la mayoría de las poblaciones, por debajo de la demanda. Hay casos concretos como el velódromo de Algeciras que pareció entonces y sigue pareciendo en la actualidad una quimera.

En lo que se refiere al deporte rey por antonomasia, el fútbol, Balompédica y Algeciras empezaron 1989 compartiendo la Segunda división B. Los linenses, que habían empezado la temporada estrellando su autobús en el viaje hacia Gandía, fueron entrenados sucesivamente por Martín Doblado, Antonio Reyes y Carmelo Cedrún, que finalmente consiguió evitar el descenso. El Algeciras, que echó mano al final de Fernando Gallego, cayó a Tercera.

En la 1989-1990 debutaría Gabriel Navarro Baby con la Balompédica, en sustitución de Osman Bendezu. Veinte años después sigue en el cargo y en la misma división, con ascensos y descensos a su espalda en este periodo.

Los algecireños emprendieron la pelea en Tercera con Juan Gandiaga en la presidencia y José Antonio Asián en el banquillo. Un panorama no tan diferente al actual, con el sempiterno Bernardo Martín –el hombre que comandó el ascenso a Segunda división A y que no obtuvo por ello el reconocimiento que merecía– el frente de la entidad y un hombre de la tierra, el ex futbolista Diego Pérez Yiyi como máximo responsable técnico de un proyecto que tiene como misión abandonar cuanto antes la Primera Andaluza a la que le abocaron la nefasta gestión de sus últimos mandatarios.

Donde la situación sí que ha vivido un giro radical es en Los Barrios. Por aquel entonces existían los añorados Atlético y Juventud de Los Barrios, que militaban en Preferente –la Primera Andaluza ni siquiera se gestaba– y Primera Regional (ahora Provincial). El ex alcalde Miguel Domínguez Conejo casi impuso la fusión entre ambas entidades y el resultado, la Unión Deportiva Los Barrios, camina con paso firme hacia su segunda fase de ascenso a Segunda división B.

A título individual Manolo Villa en el Cádiz y Adolfo Aldana en el Real Madrid se paseaban por la Primera división mientras otro sanroqueño, Manolo Mesa, jugaba con el Xerez en Segunda. En medio de la campaña el algecireño Ángel fue fichado por el Valladolid –de Primera– con una importante compensación económica para un equipo que entonces jugaba en el vetusto El Mirador, instalación que cedió el testigo a un campo mucho más moderno y coqueto, en La Menacha.

Hoy son el algecireño José Manuel Jiménez Ortiz Mané (Almería), el linense José Luis Reyes (Atromitos) y el guadiareño Juanjo Bazares (Ofi de Creta), los que representan al fútbol de la comarca en la élite.

Por entonces La Línea aún disfrutaba de uno de sus referentes estivales, el trofeo que llevaba el nombre de la ciudad y que acabó sepultado con la aparición de las cadenas privadas de televisión.

El ex atleta Enrique Talavera era, con creces, el deportista más destacado merced a su presencia en los Juegos Olímpicos, a los que no podía acudir el laureado pescador también algecireño Salvador Cabrera, tres veces campeón del mundo. El hoy concejal Diego Sánchez Rull aparecía como un joven atleta de mucha proyección.

Veinte años después es el regatista linense Rafael Trujillo el que abandera la presencia del Campo de Gibraltar en las convocatorias olímpicas.

Tampoco sería justo olvidar a otro linense afincado en Los Barrios, Juan Carlos Heredia, que hace veinte años era un mediocre jugador de baloncesto y que hoy está considerado uno de los hombres más fuertes del mundo (strongman) y al sanroqueño Adrián Gavira, que en la fundación de este periódico aún andaba con pañales y que hoy es el mejor rookie del año que acaba en el circuito mundial de voley-playa.

En 1989 Algeciras era presa de la locura del baloncesto. El Udea de Juan Arrabal caminaba con paso firme por la Segunda división Nacional (equiparable a la LEB Plata actual) la misma en la que militaba su extinto equipo femenino y reunía a un buen número de espectadores en el recién inaugurado pabellón Ciudad de Algeciras, que era la envidia de media Andalucía. Hoy al recinto se le señalan muchas limitaciones y el balonmano, con un equipo en Asobal durante tres andaduras, asumió durante los últimos años el protagonismo que tuvo en su día el básquet, ahora desaparecido. De hecho, fue la selección española de baloncesto la que inauguró el pabellón cubierto y hace apenas unos días lo ha pisado el equipo nacional de balonmano que se encuentra jugando el Mundial de Croacia.

El baloncesto encontró cobijo en Los Barrios, donde en los dos últimos años y bajo la denominación de Villa ha vivido con la llegada del compostelano Moncho Fernández sus momentos de máxima gloria, en forma de presencia en la Copa Príncipe y en dos play-offs de ascenso a ACB.

El pívot algecireño Evaristo Blázquez (Caja Bilbao, actual Iurbentia) y otro center, el jimenato Alfonso León (Mayoral Maristas, ahora Unicaja), eran los embajadores de la zona en la máxima categoría nacional, un papel que ahora desempeña el linense Sergio Sánchez en el Bruesa de San Sebastián.

Mientras la Vuelta Ciclista a España atravesaba por primera vez en 1989 las carreteras de la comarca, otras modalidades que en estos momentos acaparan y mucho la atención de los medios de comunicación pasaban hace veinte años prácticamente desapercibidas. El campo del club de golf La Cañada se enorgullecía de ser el primero público de Andalucía y tenía en Juan Quirós a su máximo exponente.

Esos greennes han servido de cuna a una amplia generación en la que resalta Álvaro Quirós, que el pasado año incluso consiguió su pasaporte para el Volvo Masters.

Dicha competición, la última del circuito europeo profesional, había comenzado a celebrarse en el campo de Valderrama en 1988 con el triunfo del británico Nick Faldo. En 1989 se alzó con la victoria el norirlandés Ronan Rafferty, dando paso a un periodo en el que Sotogrande albergaría los acontecimientos más importantes del universo golfístico, incluidas dos pruebas del Campeonato del Mundo y, por encima de todo, la Ryder Cup en septiembre de 1997, con Severiano Ballesteros y Tom Kite, dos mitos de este deporte, ejerciendo de capitanes de los equipos de Europa y Estados Unidos.

El pasado mes de noviembre San Roque despidió al que durante años fue su torneo, arrebatado por el dinero que llega de Dubai sin que ningún español lograse subir a lo más alto del imaginario podio.

A la sombra de esos éxitos los campos proliferaron en el término municipal sanroqueño, hasta convertirlo en uno de los referentes de este deporte a nivel europeo.

Además del golf, otros deportes han vivido su expansión en la comarca casi desde el cero al infinito. Gisela Pulido y Ángela Peral asumen el protagonismo en el kitersurf, que por aquel entonces no existía como modalidad deportiva reconocida. La primera de ellas se afincó en Tarifa al amparo de los éxitos que vivía el windsurf merced a la fuerza con la que el viento sopla en esas latitudes. La clásica Toro Andaluz, que se celebraba coincidiendo con la Semana Santa, se convirtió en el referente universal, pero los problemas económicos le hicieron pasar a mejor vida.

ENTRE EL BOLA Y SANDOKÁN

Los escalones inferiores del balompié han generado infinidad de anécdotas

Los peldaños inferiores del fútbol comarcal han  dado lugar a una particular intrahistoria que va desde la casi ininterrumpida presencia de Manolín Sánchez ‘El Bola’ al frente de diferentes clubes hasta la desaparición de equipos como el San Bernardo y el Guadiaro, pasando por los ascensos de Algeciras y Atlético Zabal a División de Honor juvenil, amén de la momentánea expansión del balompié femenino. Con todo, la noticia que alcanzó relevancia a nivel nacional y que destaca por su peculiaridad fue el fichaje de Sandokán Juan José (ex de Real Madrid y Cádiz) y los hermanos  Pepe y Salva Mejías por el Caf Andreu de Primera Regional, lo más parecido a un proyecto de fútbol de Puente Mayorga.